La obesidad felina no es solo una cuestión estética: es una enfermedad silenciosa que reduce la calidad de vida de tu gato, lo hace más propenso a enfermedades graves y acorta su esperanza de vida.
¿Por qué engordan los gatos?
- Alimentación excesiva o mal balanceada
Piensos muy calóricos, snacks constantes o comida “a libre demanda” sin control. - Falta de actividad física
Gatos indoor con poco estímulo, sin juegos ni superficies que escalar o explorar. - Esterilización sin ajuste dietético
El metabolismo cambia después de esterilizar. Si no se adapta la dieta, suben de peso rápido. - Condiciones médicas o hormonales
Hipotiroidismo o problemas metabólicos también pueden estar detrás del sobrepeso.
Un gato sano es un gato activo, ágil y curioso. Si notas que ha ganado peso, no lo ignores: con pequeños cambios puedes evitarle problemas cardíacos, diabetes y sufrimiento innecesario.
⚠️ Síntomas de obesidad felina
- Costillas no palpables al tacto suave
- Pérdida de cintura y aumento del abdomen
- Letargo o poca movilidad
- Dificultad para acicalarse
- Jadeo tras poco esfuerzo
- Problemas de piel por falta de higiene
¿Cómo prevenir o revertir la obesidad?
- Control de raciones: No llenes el cuenco a voluntad. Usa báscula y consulta al veterinario para calcular la cantidad exacta.
- Pienso bajo en calorías o específico para gatos esterilizados
- Juegos diarios: Al menos 15-20 minutos de juego activo con cañas, láser o juguetes interactivos.
- Evita snacks innecesarios. Si quieres premiar, usa parte de su ración diaria.
- Reto físico y mental: Rascadores, estanterías para trepar, comida escondida en juguetes.
- Revisión veterinaria cada 6-12 meses para seguimiento de peso y ajuste de dieta
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